En 2011, el paleontólogo del Smithsonian Nicholas Pyenson escuchó rumores de una gran cantidad de fósiles marinos cuando trabajaba en la región de Atacama de Chile. Este sitio, Cerro Ballena, contenía los esqueletos de más de 30 ballenas y otros mamíferos marinos. Con muy poco tiempo debido a la inminente construcción de la carretera en el sitio, Nick se puso en contacto con los expertos en tecnología de la Oficina de Programas de Digitalización del Smithsonian (Smithsonian’s Digitization Program Office), Adam Metallo y Vincent Rossi, para que realizaran una exploración en 3D el sitio de los fósiles.
Con la tecnología 3D, Adam y Vince preservaron el sitio de Cerro Ballena en su forma original, y documentaron los fósiles y el contexto en el que se descubrieron. Ahora, cualquier persona puede explorar, desde cualquier lugar del mundo, las imágenes, los modelos y los hallazgos científicos del sitio.Con estos hallazgos y datos, los investigadores del Smithsonian y de todo el mundo pueden seguir estudiando cómo los cambios en el clima afectaron la biodiversidad marina en el pasado geológico. Los datos del pasado son cruciales para entender cómo el cambio climático actual afectará a la biodiversidad en el futuro cercano, ya que el ritmo y la magnitud de los cambios en este planeta solo tienen un paralelismo en el pasado geológico.